Buscar este blog

martes, 19 de abril de 2011

The Gutter Twins: Los Gemelos del Desagüe. (Parte I)

The Gutter Twins.
En el Seattle de principios de los 90’s, opacados por el gran impacto multimediático que significó Nirvana, el grunge y todo lo “alternativo”, surgen dos figuras peculiares, distintas en su enfoque pero con tantos puntos en común que parece raro que tardaran todo este tiempo en hacer algo en conjunto.
Relativamente lejos de los flashes y la sobreexposición de la mayoría de sus contemporáneos, Greg Dulli y Mark Lanegan, por separado, lograron desarrollar una carrera sólida e interesante, guiada por su instinto y búsquedas personales, y que logró mantener a “La Industria” a una distancia prudente, permitiéndoles desarrollar sus inquietudes y potenciales de mejor forma que muchos de su generación.

Un éxito esquivo.
Screaming Trees es constantemente citado como uno de los actos menos afortunados de la explosión del Grunge. Formados ya en 1985, esta banda es una de la precursoras del “sonido Seattle” y, a pesar de lograr contrato con uno de los grandes sellos tempranamente (en Enero de 1991 lanzaron “Uncle Anesthesia”, producido por Chris Cornell, a través de Epic), no lograron nunca resaltar ante el gran público más allá de un par de singles, siendo su mayor éxito comercial el disco “Sweet Oblivion” (1992). Su caso es extraño, puesto que su sonido era bastante amable manteniendo a la vez una propuesta interesante y personal, un rock sencillo que transita entre baladas y temas un poco más rápidos y directos, con melodías tarareables y coros fáciles de atrapar, todo acompañado por una voz potente y magnética como la de Mark Lanegan. Nunca entenderé por qué no lograron mayor repercusión, lo tenían todo para triunfar: buenos temas, trayectoria, potencia en vivo, un gran vocalista, respaldo del sello y, por si fuera poco, eran amigos de todos los que triunfaron. Los “Cuatro Grandes del Grunge” (Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains) deberían ser cinco. Sin embargo la historia no lo quiso así y después de varios intentos por alcanzar el reconocimiento mundial, finalmente Screaming Trees se separa en 2000, tras la sensación de fracaso por las “bajas” ventas de su último disco de estudio “Dust” (1996), pero sobre todo debido a la falta de interés por parte de los sellos en editar unos demos que grabaron y que finalmente nunca vieron la luz.

Afghan Whigs.
La oveja de influencia negra.
Afghan Whigs es un caso particular dentro de la escena alternativa de Seattle por varios motivos. En primer lugar, no son originarios del noroeste gringo, son de Ohio, lo que los convirtió en la primera contratación ajena al sector que firmó, ya en 1989, contrato con Sub Pop Records (principal sello independiente de la escena, y que tomó lo que estaba pasando en Seattle, lo definió y le dio la categoría que lo convirtió en algo interesante para los ojos del mundo). Amparados bajo la catapulta a ligas mayores en que se había transformado Sub Pop, desarrollaron una carrera silenciosa, que no supo de éxitos comerciales (a pesar de que lograron firmar con grandes sellos) e injustamente poco reconocida. Su sonido era distinto a lo que se escuchaba en esos días. Cuando todos buscaban voces crudas y sonidos desesperanzados, Greg Dulli nos ofrecía una voz llena de oscura candidez y dulzura, un sonido pacífico y sensual, ligeramente perturbador, creador de ambientes relajados, pasivos y misteriosos pero cálidos a la vez. El gran punto diferenciador en el sonido de Afghan Whigs es la admiración que Dulli profesaba hacia el R&B y el soul de mediados de siglo, la cual usó como inspiración fundamental para desarrollar su música, mezclándola con elementos del punk y el rock alternativo pre-grunge para crear algo único y original, pero, lamentablemente, incomprendido por el público masivo. A pesar de que muchos citan a “Congregation” (1992) o “Gentlemen” (1993) como los mejores trabajos de la banda, la cúspide de este sonido, a mi parecer está en el albúm 1965” (1998), donde se percibe a un Dulli relajado, tal vez resignado al eterno rol secundario o terciario de su banda y por lo tanto capaz de soltar plenamente sus intereses compositivos, dejándose llevar ya no tan sólo por la candidez y oscuridad, de discos anteriores, sino por temas más sensuales y lúdicos, con melodías soul/pop y bajos de clara influencia negra. La banda se separó el 2001, y sólo se reunió pocos años después para grabar un par de temas y lanzar un recopilatorio, Unbreakable: A Retrospective 1990–2006” (2007).

Mark Lanegan.
Caminando solo.
La carrera solista de Mark Lanegan comenzó en paralelo a su paso por Screaming Trees, despachándose ya desde principios de los 90’s una tremenda opera prima titulada “The Winding Sheet” (1990), vía Sub Pop y que cuenta con colaboraciones estelares de Kurt Cobain y Krist Novoselic. Lo que siguió a este disco sólo se puede describir como una espiral de constante ascenso artístico y estilístico. Influenciado por el folk-rock norteamericano de artistas como Bob Dylan, Neil Young o Tim Buckley, y el blues negro más oscuro post-gran depresión de los 30’s, lo que Lanegan desarrolló es una verdadera búsqueda explorativa por las raíces menos luminosas de la Música Estadounidense, rindiéndole tributo y llevándola por nuevos caminos, revitalizándola y encontrando nexos inexplorados. Esta senda culminaría con dos discos fundamentales de su catálogo: “I´ll Take Care of You” (1999), disco de covers y tributo a artistas semi-desconocidos del folk, el country y el R&B, y quienes Lanegan toma sus canciones para hacerlas propias, tratándolas con respeto y admiración, e imbuyéndolas de la profundidad y elegancia características de su obra; “Field Songs” (2001), nos presenta a un Lanegan más maduro compositiva y vocalmente luego de su revisión anterior, paseándose por una Norteamérica profunda, llena de pasajes de un oscuro country-folk, con letras de amores rotos y aciago liricismo.